El padre de Erling Haaland dio un lamentable espectáculo en las gradas del Santiago Bernabéu durante la ida de semifinales de la Champions entre Manchester City y el Real Madrid. Alf-Inge Haaland no supo digerir la mala noche de su vástago, que naufragó en su primera visita al coliseo blanco, y lo pagó regalando cortes de manga a la afición blanca, tal y como captó OKDIARIO.
Presente en las gradas del Bernabéu junto con otros allegados para contemplar en directo el partido más importante en la carrera de su hijo hasta el momento, Alf-Inge Haaland, que también defendió la camiseta del Manchester City durante su época como jugador, dejó los buenos modales fuera del estadio y se encaró con aficionados del Real Madrid con varios gestos de chulería y soberbia.
La situación fue subiendo tanto de tono que los aficionados que se encontraban justo por debajo le cantaron a coro: «¡Tonto, tonto!». La respuesta de Haaland padre fue ponerse la mano en la oreja incitando a que le gritaran aún más fuerte. Finalmente, los trabajadores de la seguridad privada del estadio se acercaron al nórdico para sacarlo de la escena y evitar que el conflicto escalara aún más.
Fue su deleznable manera de digerir el mal partido de su hijo Erling, que llegaba al Bernabéu como el delantero centro más en forma del fútbol europeo, superada la cincuentena de goles anotados esta temporada con los citizens, y que en ningún momento pudo inquietar a la portería defendida por Thibaut Courtois.
El noruego fue víctima del férreo marcaje al que le sometió un sobresaliente Antonio Rudiger y, la única vez que pudo despistar al alemán, apareció el otro central de los blancos, David Alaba, para taponar su disparo. Haaland acabó desesperado por su falta de oportunidades sobre el césped, pero al menos guardó las formas, algo que su progenitor fue incapaz de conseguir en las gradas.